Esquívale aproximadamente al 15% de partos que se atienden en la clínica
Ángel García, director del Hospital Amparo Pape de Benavides en Monclova, reveló cifras alarmantes respecto a los embarazos adolescentes en la región. A pesar de las campañas de salud reproductiva y prevención, se siguen presentando casos de embarazos en menores de 18 años, e incluso en niñas de tan solo 13 y 14 años de edad. Esta situación, explicó, refleja una falta de madurez emocional y educativa que compromete tanto la salud de las jóvenes como la de sus hijos.
De acuerdo con García, actualmente el hospital registra un promedio de 120 nacimientos mensuales. De estos, entre un 10 y un 15% son de adolescentes. “Estamos hablando de 10 a 12 nacimientos al mes de madres menores de 18 años, y lo más grave es que varios de estos casos son de menores de 15 años”, afirmó. Esto significa que más de 80 bebés al año nacen en condiciones de riesgo por la corta edad de sus madres.
Prematurez severa y riesgo de muerte: las consecuencias más graves
El director del hospital subrayó que muchos de los bebés nacidos de madres adolescentes presentan prematurez extrema, llegando a nacer con apenas 900 gramos de peso y entre 28 y 30 semanas de gestación. “Estos recién nacidos requieren entre uno y tres meses en terapia intensiva neonatal por problemas respiratorios, y lamentablemente, muchos no sobreviven”, explicó. La inmadurez física de las madres influye directamente en la salud del bebé, incrementando el riesgo de complicaciones mortales.
Factores sociales: desnutrición, violencia y deserción escolar
Más allá de lo médico, García explicó que estos embarazos están relacionados con disfunción familiar, pobreza y violencia doméstica. Muchas de las jóvenes llegan al hospital sin una base nutricional adecuada y con antecedentes de abandono escolar. “Estamos hablando de niñas que aún no están preparadas para ser madres y que, además, enfrentan entornos familiares complicados, muchas veces sin apoyo del padre o en situaciones de violencia”, señaló.
Esfuerzos institucionales insuficientes ante la magnitud del problema
Aunque hay coordinación entre autoridades de salud, educativas y municipales para prevenir estos casos, los resultados siguen siendo limitados. “Visitamos a las jóvenes madres, les explicamos cómo amamantar, cómo vacunar al bebé, pero muchas veces no comprenden del todo lo que implica ser madre. No es por falta de información, sino por falta de madurez”, concluyó el director del hospital.
El panorama que presenta el Hospital Amparo Pape exige mayor atención de las autoridades y de la sociedad en general. La educación sexual integral y el acceso a servicios de salud reproductiva deben reforzarse para frenar la tendencia creciente de embarazos en adolescentes, sobre todo cuando involucran a niñas menores de 15 años que ponen en riesgo su vida y la de sus hijos.