‘Salvar una vida es honrar a Dios’

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[quote]Médicos de la Clínica 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social dan testimonio sobre su noble profesión[/quote]

Salvar una vida, curar una enfermedad o presenciar el alumbramiento de un bebé, te recuerda lo grandioso que es Dios, es glorificarlo y honrarlo coinciden médicos del Hospital General de Zona No. 7 (HGZ) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que ayer celebraron su día.

Es una de las profesiones más nobles, sacrificadas y bellas, expresan con orgullo cada uno ellos y aunque muy seguido faltan a los cumpleaños de sus hijos o las fiestas navideñas por atender su trabajo, lo cierto es que se sienten orgullosos de cumplir con su deber.

Graciela Denisse Rivas Perales, de la colonia Asturias, monclovense asegura que ella es pediatra porque de niña era muy enfermiza y siempre estaba hospitalizada. “Desde pequeña conviví con doctores y por eso yo quería ser como ellos”.

La joven pediatra de 33 años de edad, narra con entusiasmo que de niña era atendida en la Clínica 7 del IMSS por pediatras como Mario Dávila y Ramiro Villarreal a quienes admira y son sus ejemplos a seguir.

“El Doctor Mario, era mi pediatra y ahora trabajo con él”, expone Rivas Perales.

Estudió en la Facultad de Medicina en Saltillo y aunque la soledad pesaba, nunca dejó de prepararse. Al final todo sacrificio tiene su recompensa.

Con voz entrecortada platica que hasta su hija de 5 años comprende el significado de su profesión.

–Un día me tuve que ir a trabajar un 25 de diciembre y mi hija apenas iba abrir los regalos, ella entendió y me dijo: “Mami, vete tú tienes que ayudar a los niños”.

“El salvar una vida, es algo indescriptible, es honrar y glorificar a Dios. Por otro lado, ver perder una vida es algo muy triste y también te toca llorar cuando la gente se va”, manifiesta.

Yari Etel Herrera Flores, afirma que no hay nada más bello que darle la noticia a mujer de que va a ser madre. Ver nacer a bebés es algo bello, difícil de describir y tienen una duración de hasta 16 horas.

Ella tiene dos hijos, y aunque sus padres no querían que estudiara medicina, con el tiempo la apoyaron. En Guadalajara empezó sus estudios y en Sonora se especializó. “A mí sí me gustaría que ellos siguieran mis pasos”.

“Se trata de hacer el bien, cuando te gusta tu trabajo y haces las cosas con amor, brillas y eres feliz”, expresa con evidente orgullo.

Nada como ver a un niño nacer. Los bebés nacen defendiéndose, luchando, llorando y dando pataditas, es maravilloso.

Ella viene de familia de médicos, hija del doctor Pedro Herrera (+) y su madre era enfermera. Sólo tenía 5 años cuando llegó a Monclova, nació en Tamaulipas.

Su mayor satisfacción es que hasta ahorita todo le ha salido bien y como muchos doctores, teme a los errores, no está exenta. Considera que nunca se deja de aprender en su profesión, ser médico demanda: esfuerzo, vocación y disciplina.

“Es una hermosa profesión, conlleva hacer el bien y ayudar a la gente”, reitera.

Aunque pudo dedicarse a otra profesión como ser ingeniera, matemática o cualquier otra rama de las ciencias exactas, afirma que siempre se visualizó curando gente y viendo nacer a bebés.

Como parte de la celebración del Día del Médico, el Hospital General de Zona (HGZ) No. 7 del Instituto Mexicano, ofreció una comida para los doctores, los felicitaron y agradecieron por el apoyo y servicio que prestan a los derechohabientes.

El Doctor Max Elguezabal Mendoza, encabezó el convivio al que asistió además el cuerpo de gobierno y se llevó a cabo en el comedor del hospital y donde degustaron un platillo cocinado especialmente para la ocasión.

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